miércoles, 21 de marzo de 2018

Acoso Universitario

Hablar acerca del acoso en los universitarios es toda una temática por desarrollar, debido a que en la actualidad es común escuchar entre los jóvenes, situaciones donde se han visto expuestos a este fenómeno. El cual se manifiesta en una intimidación entre pares que se convierte en un problema social de gran complejidad, este no sólo afecta a la persona involucrada en el ámbito universitario, sino que en este momento es denominado un problema con rasgos de salud pública.

García, Moncada y Quintero (2013) afirman en su investigación que la intimidación el asedio, provocación o bien el hostigamiento, son términos que se relacionan con el acoso escolar o el tan común buylling, el cual se comprende como toda forma de maltrato físico y psicológico que experimenta una persona por parte de otra, particularmente un compañero de forma constante. Este fenómeno es multicausal, poliformo además de ser un condicionante de suicidio en los jóvenes. Dentro del ámbito universitario suele llamársele acoso de forma regular.

En mi experiencia de varios años laborando en nivel superior, es común notarlo, de modo que he observado y recibido información de algunas personas que pertenecen a la población estudiantil, la cual aún siendo adulta sufre esta situación en su persona, desde las frases que le dicen, las palabras que escucha, los señalamientos, hasta el rechazo del grupo donde se encuentra inmersa.

Esta situación genera un ambiente poco seguro y nada propicio para el aprendizaje, de manera que debe ser un tema de interés para toda la comunidad universitaria, ya que perjudica la dinámica de la interacción personal, afecta la permanencia en los programas de las carreras, genera conflictos en el poco o nulo rendimiento académico, así como la productividad paralelamente a la salud de los futuros profesionales como los adultos profesionistas que estudian algún posgrado.

Por lo tanto, es una realidad que vivimos y debemos enfrentar de la mejor forma posible, generando programas de intervención que susciten una sensibilización, concientización y ejercicio plural de denuncia. Asimismo, programas de acompañamiento que permitan que los jóvenes que lo viven puedan hacerle frente descubriendo sus propios recursos. Además, es imprescindible generar propuestas preventivas e implementar acciones correctivas, mediante políticas de calidad que favorezcan la educación.

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